Tengo que reconocer que mi primer contacto con todo lo relacionado con la Web social, desde el punto de vista intelectual, comenzó con la andadura del master que estamos cursando. Así, conceptos como XML, tag, folksonomias, Web compartida, clasificación cooperativa, etiquetado colaborativo, etc. fueron apareciendo en las distintas asignaturas y poco a poco, como de un puzzle se tratara fueron encajando los conceptos, los términos, para culminar en una nueva herramienta, un nuevo concepto, una forma nueva de relacionarse como es el que se consigue a través de las redes sociales, de la Web participativa, en definitiva de la Web social.
Así pues, he comprendido que Internet ha ido evolucionando, que ha dejado de ser un foco de información para convertirse en un espacio virtual, de colaboración, participativo, interactivo que se retroalimenta, para desembocar en plataformas en las que los usuarios no son sujetos pasivos sino que son actores principales que aportan información, a parte de consumirla.
Pero quizás, lo que más me ha llamado la atención, es el comprobar como las amplias oportunidades de comunicación que ofrece la Web social, en un principio, encontró un terreno abonado en el ámbito privado, en las relaciones personales (entendiendo como tal, personas o amigos que podemos conocer, o bien no conocemos y que pueden responder algún interés, relaciones basadas en aficiones, etc.) en los últimos años, las relaciones profesionales, de empresa, han visto en las redes sociales una manera perfectamente válida de comunicación.
A la vista está que las aplicaciones de la Web social son variadas y han evolucionado desde sus inicios. Si en un principio, las connotaciones de Web social, Web 2.0, las centrábamos mayoritariamente en el ámbito del ocio y del tiempo libre, actualmente, el ámbito profesional, empresarial, en definitiva “el productivo” va tomando protagonismo.
Así, empresas privadas, medios de comunicación (televisión, radio, prensa, etc.), centros de enseñanza, bibliotecas, etc., utilizan redes sociales como medio para conectarse con sus clientes y seguidores. Además se sirven de las plataformas sociales para desarrollar acciones publicitarias y políticas de marketing.
Si bien tengo que confesar que no soy usuaria habitual de las redes sociales, he visto en la asignatura el momento perfecto para cruzar la frontera entre lo teórico y lo práctico y poder sacar el mayor partido en el entorno laboral a una herramienta, que tal y como indicaba al inicio de este post, me resulta desconocida desde el punto de vista práctico.
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